Poder para decidir la vida que queremos

Por María Palomares Arenas Cabral, directora ejecutiva de Calala Fondo de Mujeres

Este año, en junio, se han cumplido 10 años desde que llegué a Calala como Directora Ejecutiva. En aquel entonces Calala Fondo de Mujeres era una organización pequeña, que acababa de comenzar (solo tenía 3 años). Teníamos grandes sueños, pero un equipo y un presupuesto pequeños.

La misión de Calala siempre ha sido empoderar a las mujeres en España y Latinoamérica, pero con una mirada colectiva del empoderamiento, porque sabemos que las personas que viven discriminación tienen que juntarse para tener más poder y conseguir avances en su día a día. Es por eso por lo que desde nuestra fundación financiamos organizaciones de mujeres. Mujeres que se unen para conseguir mejores condiciones laborales, para salir de situaciones de violencia, para conseguir que las futuras generaciones de mujeres sean más libres y tengan más opciones en su vida.

En estos 10 años hemos entregado más de 5 millones de euros entre grupos de España y Centroamérica. Este dinero ha contribuido, entre otras cosas, a crear espacios de libertad donde las jóvenes de Honduras y El Salvador puedan expresar su sexualidad sin miedo. Hemos visto cómo en la región, ante el aumento de la violencia contra las mujeres, estas se han organizado para protegerse, creando casas refugio y vías de escape.

En España, venimos apoyando a las organizaciones de mujeres migrantes latinoamericanas desde 2010, y hemos visto cómo su agencia política y su voz es cada vez más escuchada, hasta el punto de que han conseguido que el Estado español ratifique el Convenio 186 de la OIT que da derechos laborales a las empleadas de hogar, una deuda que este país tenía con estas trabajadoras desde hace años.

Estamos muy orgullosas de haber contribuido a visibilizar que las personas migrantes están aquí, que contribuyen a nuestra sociedad y que por tanto tienen los mismos derechos que las personas autóctonas. En 2022, aunque seguimos viviendo situaciones de racismo y discriminación, son cada vez menos aceptadas socialmente.

En estos 10 años, además, he visto cómo nuestra pequeña organización crecía. No solo en presupuesto, equipo, recursos también en sueños y ambición. Calala siempre ha estado un poco al margen del camino que las entidades del tercer sector han marcado en España. Me refiero a las organizaciones que cuentan con el apoyo de la sociedad y que hacen un trabajo muy necesario, pero que tiende a seguir la senda marcada. A nosotras nos ha gustado innovar, arriesgar y avanzar por rutas que no siempre son fáciles.

Somos el primer y único fondo de mujeres en España y nuestro trabajo es contribuir a que otras organizaciones se hagan fuertes. Nos gusta dar, distribuir recursos, y a la vez pedir, pedir a nuestra sociedad que aporte para conseguir un mundo mejor. Sabemos que la sociedad española es solidaria, y queremos que sepan lo importante que es donar para contribuir a asentar los derechos civiles, económicos y sociales, que por desgracia no están garantizados y siempre están en riesgo de retroceder. Para defenderlos, las organizaciones de la sociedad civil necesitan recursos y dinero.

Sabemos que el futuro es incierto. Europa está a punto de conocer qué es la crisis climática, nos viene una nueva crisis económica marcada por la escasez de materias primas y el agotamiento de las energías, y las opciones autoritarias parecen estar recibiendo apoyo de los ciudadanos, marcados por el miedo a lo que se viene.

En Calala estamos convencidas de que hay otro futuro posible, que tenemos que decrecer, pero que podemos hacerlo con justicia. Y que, para ello, el sentimiento de comunidad, la valentía y la creatividad son más importantes que nunca. Esos son los retos que nos esperan en los próximos años y para los que estamos trabajando sin descanso, pensar nuevas formas de crear redes, de dar seguridad y esperanza a las personas que lo tienen más difícil, redistribuyendo recursos, ayudando a que la gente se junte y se organice, y defendiendo los derechos de todas las personas.

En resumen, para que todas podamos decidir la vida que queremos.

Imagen cedida por Calala Fondo de Mujeres

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