Tiempos de urgencias

Cumplir 40 años como asociación es un lujo, detrás de ellos hay personas, trabajo, cultura asociativa, conocimiento. Por todo ello, felicidades.

Cuando recibí la invitación en lo primero que reparé fue en el lema de este aniversario. Pensé…, se han equivocado. No es 40 años de compromiso con la calidad en la edificación, debe ser con la calidad de la edificación. Y zanjé el asunto. Pero, como suele ocurrir cuando un tema no queda cerrado, el asunto volvió a mí. Sí, la idea era correcta. Hay una diferencia sustancial entre estar comprometidos con la calidad de la edificación (esta expresión presupone que ya es de calidad); y estar comprometidos con la calidad en la edificación (se da por hecho que se trabaja por ella o para llegar a ella). Una idea más realista.

Al igual que Uds. desde hace años, ADECES persigue la calidad en la edificación. Esta idea nos ha llevado a preguntarnos por el tipo de edificación que queremos o, por decirlo de otro modo: ¿somos los ciudadanos y usuarios los principales beneficiarios de los edificios que se construyen o que se rehabilitan?

La pregunta traslada el foco de atención a la regulación, examinando las exigencias normativas que definen la edificación en España y si el ciudadano es el centro de su atención o no.

Para responder a esta pregunta, aprovechando que es el día de la Eficiencia Energética, recuperaré la campaña que realizamos en 2009, en la que denunciábamos que el DB HE desaprovecha la ventaja del clima.

En dicha campaña trasladábamos a todas las instituciones dos peticiones:

• Que el Ministerio de Fomento, o las CCAA haciendo uso de sus competencias, mejorasen la norma térmica aprobada en el año 2006.

• Que nos equiparásemos a otros países en exigencias térmicas, aprovechando que la construcción apuntaba a la paralización, si las normas se hacían exigentes se enviaría un mensaje al mercado: no queremos expulsar a nadie, pero para permanecer en esta actividad hay que asegurar una alta eficiencia térmica.

En su día el DB HE nos pareció poco exigente, así lo dijimos. Nadie quería interrumpir el gran motor económico del momento lo que permitió que llegaran al mercado miles de viviendas con condiciones térmicas muy mejorables. Por no hablar de las condiciones acústicas.

La idea de que España desaprovecha la ventaja del clima se fundamenta en un simple razonamiento. Dos edificios idénticos, antes de la aplicación de cualquier norma térmica, consumen más energía en calefacción en Alemania que en España. Sin embargo, la diferencia se reduce después de la aplicación de las normas térmicas de cada país.

Por tanto, los beneficiarios de la norma térmica no son los ciudadanos ni la sociedad española. Habrá algún beneficiario, pero no los ciudadanos.

Hoy, 13 años más tarde del primer DB HE el discurso es parecido. Seguimos instalados en el arte de consumir lo que no tenemos (petróleo) y contaminar lo esencial (aire), porque la propuesta de DB HE, incorpora ligeras mejoras, nada justificable después del tiempo transcurrido.

En la edificación que queremos, desde ADECES apostamos porque la norma explicite claramente cuál es el nivel de consumo energético que tiene que alcanzar una edificación para convertirse en un Edificio de Energía Casi Nulo (EECN). No se puede equiparar cumplir el DB HE con ser una edificación EECN, porque entonces se volverá a crear una ficción. Nos haremos trampas al solitario.

Sin duda, un examen sobre la edificación tiene que abordar la rehabilitación. Y podemos hacerlo como un modo de recuperar empleo, la actividad económica, que lo es o, situando a los ciudadanos en el centro de las políticas rehabilitadoras.

El enfoque determina el resultado. Si pensamos en quiénes habitan los inmuebles nos interesará que toda la rehabilitación mejore todas las prestaciones posibles.

Aprovecho la ocasión para reclamar un intenso plan de rehabilitación que ponga en juego más recursos públicos, que cree oportunidades para la financiación privada y que sea asumible por los usuarios. Un plan que nos aproxime a los índices de rehabilitación sugeridos por Europa, 3% anual, para satisfacer los objetivos de eficiencia energética.

Sin embargo, no todo se reduce a la financiación. El papel de unos profesionales convenientemente formados en soluciones y materiales es imprescindible para asesorarnos a la hora de alcanzar las mayores prestaciones posibles en la rehabilitación planeada.

La edificación que queremos, sea fruto de una rehabilitación o de obra nueva, debe tener en cuenta: accesibilidad, calidad del aire y ventilación, calidad del agua y su aprovechamiento, eficiencia térmica, protección frente al ruido, seguridad frente a incendios…

No puedo abordarlos todos, pero, quisiera dejar patente nuestra preocupación por la regulación actual y la actualización recogida en el DB SI, sobre seguridad en caso de incendio.

Creíamos que la regulación era coherente con el bien jurídico protegido, la integridad de los residentes. Pero cuando ocurrió la tragedia de Grenfell decidimos mirar nuestra propia regulación.

La posibilidad de que una simple operación de mantenimiento en fachadas o cubiertas o en sus proximidades, o un cortocircuito como en Londres pueda ser la chispa que cause un siniestro de gran magnitud nos inquieta.

Preguntamos al Ministro de Fomento de la época si lo ocurrido en Londres podría suceder en España y, en su caso, cuáles eran las previsiones regulatorios para mejorar la seguridad. No merecimos respuesta.

Nuestras indagaciones nos llevaron a comprobar que España había iniciado una senda de devaluación imprudente de la seguridad.

Y lo que se avecina en la actualización conocida del DB SI no nos gusta, porque permitirá, si se aprueba, que más del 80% de los inmuebles empleen materiales y soluciones que no nos parecen seguras. Este aspecto es relevante porque el 93% de las viviendas son susceptibles de ser rehabilitadas ya que están construidas antes de la entrada en vigor del Código Técnico de la Edificación, con poca o ninguna exigencia térmica. Y porque la consecución de EECN requiere aumentar considerablemente el nivel de aislamiento.

En consecuencia, la mejora térmica puede conllevar un empeoramiento de la seguridad. Por ello, diversas organizaciones sociales elaboramos una propuesta que hicimos llegar a responsables políticos de todos los ámbitos y de otras instituciones como bomberos. Lo que dio origen a una Proposición No de Ley en el Congreso para mejorar la seguridad en la edificación.

La propuesta de estas organizaciones incrementa las condiciones de seguridad tanto en obra nueva como en rehabilitación y da pie a las alegaciones que enviamos a Fomento. Está disponible en web de ASGECO, la Unión de Consumidores de Catalunya – Euskadi – Galicia  y  ADECES.

Desconocemos cuál será el devenir del DB SI. Creemos que la actual regulación y la actualización propuesta tendrán consecuencias no deseadas; por eso, me gustaría concluir, apelando a la responsabilidad de los profesionales para que asesoren a los usuarios y planeen edificios más seguros que hagan posible la edificación que queremos.

Muchas gracias

Nota: Intervención de la presidenta de ADECES en el 40 aniversario de AFELMA, del día 5 de marzo de 2019.

Imagen cedida por AFELMA

Autor: adeces asociacion
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