A día de hoy hay pocas dudas: Barroso, Olli Rehn, Van Rompuy y la Comisión Europea en pleno son culpables y deben dimitir.
Culpables de equivocar el diagnóstico de la crisis, de equivocar el tratamiento, de retrasar la atención a los pacientes, de persistir en el error e incluso de intensificarlo.
Mirabais para la inflación cuando avanzábamos hacía la recesión, os preocupabais por el déficit cuando el problema era el crecimiento, predicasteis austeridad cuando se necesitaban políticas expansivas, atendisteis tarde y mal a Grecia y se os convirtió en un enfermo crónico con patología contagiosa. Y a pesar de que el tratamiento no resultó se lo impusisteis a Irlanda a España y al resto de la Eurozona.
Recetasteis severos recortes del gasto público, afectando a los pilares básicos del bienestar y provocando una enorme caída de las rentas, el consumo y la recaudación, lo que a su vez impidió reducir el déficit o si lo hizo no fue lo que esperabais, mientras la deuda siguió creciendo.
Todas vuestras previsiones y estimaciones han fallado. Todas vuestras políticas han fallado.
En Chipre, en el colmo de vuestra desfachatez, habéis decidido primero, que los depositantes paguen vuestra ayuda, después cambiasteis de criterio, que paguen los que estén por encima de 100.000 euros. De nuevo en un cambio de opinión que quiebra los principios que vosotros mismos os distéis y proclamasteis ante el mundo para publicitar la seguridad jurídica de los depósitos y los depositantes.
Antes tratasteis de vender la idea de que había que gravar los depósitos porque un 40% de los mismos tenían origen dudoso. Estamos hartos de que a partir de una situación anecdótica o minoritaria, se adopten normas que afectan a todos. Pero ¿os disteis cuenta ayer de la inmoralidad de esos depósitos?
¿Cuántas veces habéis cambiado de opinión? ¿Cuántas veces habéis retrasado la toma de decisiones? ¿Cuántas veces habéis dicho que vuestras recetas tendrán recompensa y que son lo único que se puede hacer?
Todavía hoy seguís diciendo que todos estos sacrificios tendrán recompensa. Será la vuestra y la de los países que se están financiando más barato que nunca, mientras otros sufren. ¿Por qué no pagan los bancos alemanes el error de sus inversiones? Si no hay crecimiento cómo se pagarán las deudas. Cómo esperáis que paguemos los dos billones de euros privada (hogares y empresas) y los ochocientos mil millones de deuda pública. Dividid por el número de españoles y veréis a cuanto tocamos.
Algún día volveremos a crecer, por supuesto. Estamos cavando un foso tan profundo en el suelo (desempleo, cierre de empresas, emigración, déficit de investigación…), que un buen día ya no podremos cavar más y entonces, aunque estaremos muy lejos del lugar desde el que comenzamos a caer, lentamente subiremos y diréis que es el fruto de vuestras políticas, cuando simplemente es que el tiempo hace que todo lo que ha bajado hasta el fondo, vuelva a subir.
Sois culpables de devaluar las democracias y las libertades, de menoscabar el estado de bienestar, de extender la insolidaridad y la rabia.
Derrocasteis gobiernos (de nuestra simpatía o no, eran democráticos) impusisteis a tecnócratas al frente de los gabinetes, que después no pasaron por el filtro de las elecciones y el resultado final fue el crecimiento de fuerzas antidemocráticas, antieuropeas, xenófobas y populistas.
Hace ahora casi un año os advertíamos en este mismo blog que la desesperanza que vuestras políticas impulsan crean condiciones indignas que impulsan reacciones como las que desató el Tratado de Versalles.
Sois culpables de devaluar Europa, de plegaros a los dictados de Alemania, de plegaros a los juicios morales de Wolfgang Schäuble y Merkel, mientras se profundiza en la desafección política.
¿Por qué habla Schäuble del daño moral? ¿De la obligación de pagar las deudas porque hemos vivido por encima de nuestras posibilidades? ¿Quién vivió por encima de sus posibilidades? ¿Quién dio el crédito para que se viviera por encima de las posibilidades? Y a nuestros bancos, ¿quién les dio crédito para que se viviera por encima de las posibilidades? ¿Dónde empieza, entonces, la teoría del daño moral?
Sois culpables y no entendemos que hacéis todavía ahí.