Por el Equipo Técnico de APRAMP
Rocío Nieto cuenta con casi 50 años de trayectoria profesional en el ámbito de lo social. Estaba aún terminando sus estudios de Trabajo Social (en aquella época, Asistente Social) cuando se posicionó profesionalmente y personalmente, al lado de las personas en situación de necesidad, y vulnerabilidad.
Comenzó en Cáritas, allá por el año 1966, trabajando en varias Vicarías de la zona sur de Madrid, y poniendo en marcha nuevos servicios y programas que daban respuesta a las necesidades emergentes de aquella época: planes de vivienda social, grupos de autoayuda de mujeres afectas por el síndrome tóxico, aulas de cultura para mujeres, etc.
De la inquietud de Rocío Nieto, -una trabajadora social cansada del asistencialismo brindado a uno de los colectivos más vulnerables y estigmatizados, entonces y ahora: la mujer que ejerce prostitución- surge la necesidad de dar respuestas y alternativas concretas y reales a cada situación. Era el año 1985 y los inicios de la Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención a la Mujer Prostituida (APRAMP).
Tras unos años de trabajo con y para las mujeres, APRAMP se constituye como asociación en 1989 para trabajar en un proyecto encaminado a la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida. Nace como el primer recurso integral dirigido a las mujeres en situación de prostitución, “las excluidas de las excluidas”, en palabras de su fundadora, Rocío Nieto.
“Me movió un sentimiento de frustración, los recursos asistenciales en ese momento no ofrecían soluciones, ni cambiaban la realidad precaria y de exclusión de las mujeres que ejercían la prostitución”.
La asociación se concibe, desde el primer momento, para atender las necesidades no cubiertas de las mujeres explotadas sexualmente y para ser puente entre ellas y los servicios públicos. Su propósito era y es contribuir a cambiar la realidad, superando el asistencialismo y haciendo protagonista a la mujer, ofreciéndole oportunidades y contribuyendo a que recuperen su libertad, sus derechos y su dignidad.
APRAMP se ha convertido progresivamente en el recurso de referencia para las personas explotadas sexualmente, gracias a su especial modelo de intervención, considerado hoy como un ejemplo de buenas prácticas. En los últimos 20 años, y coincidiendo con el aumento del fenómeno migratorio, los equipos de APRAMP han podido constatar la realidad creciente de la trata de personas con fines de explotación sexual en España.
Hoy APRAMP centra su actuación en las personas que han sufrido explotación sexual y muy especialmente trata de seres humanos con fines de explotación sexual. Son sobre todo mujeres y niñas. Es una asociación sin ánimo de lucro, sus principios de actuación y filosofía están orientados por un enfoque de derechos humanos y perspectiva de género.
Su meta es que las personas que sufren explotación sexual y trata de seres humanos recuperen la libertad y la dignidad haciendo valer sus derechos y que logren la autonomía necesaria para emprender una vida fuera del control y abuso de sus explotadores. A partir de la defensa y promoción de los derechos de estas personas, contribuye a prevenir y erradicar la explotación sexual y la trata.
“Hacemos de puente entre las necesidades de las personas y las administraciones públicas…Lo importante es garantizar el acceso a sus derechos” señala Rocío Nieto. APRAMP deriva a las víctimas a los servicios públicos y solo crea programas propios para atender necesidades no cubiertas. Siempre pegada a las necesidades de las personas, la asociación no cesa de innovar y generar propuestas de colaboración y formación con autoridades, con otras entidades y con la sociedad.
El trabajo proactivo desarrollado por la asociación en las zonas donde es posible encontrar potenciales víctimas de trata, hizo descubrir una alarmante y preocupante realidad: también había menores, de ambos sexos, pero sobre todo, niñas obligadas, forzadas, explotadas sexualmente. Así, en el año 2008, se puso en marcha un proyecto encaminado a la “detección e identificación de menores explotad@s sexualmente”.
Consciente de la necesidad de facilitar el acceso a un empleo como alternativa a la situación de explotación de la que salen, la asociación proporciona formación progresiva (inicial, preparación, ocupacional, búsqueda activa de empleo, etc.) para que las personas puedan alcanzar su propia autonomía personal, social y económica. En Madrid, cuenta con un Centro de Formación, (C/ Ballesta, 9) que incluye una Tienda Solidaria en la que se hacen arreglos y composturas, productos artesanos y originales elaborados por las propias supervivientes, al mismo tiempo que es un punto de sensibilización a la sociedad sobre este delito internacional que es la esclavitud del siglo XXI.
Con el tiempo la asociación ha ido evolucionando y hoy ofrece una variedad de servicios y recursos -sanitarios, sociales y jurídicos- útiles para estas personas en seis ciudades de España.
Pero el trabajo y la metodología de APRAMP es también un referente a nivel internacional. No solo desarrollando proyectos de cooperación, sino también participando en varios proyectos internacionales como socio o colaborador (proyectos DAPHNE, ISEC, etc.). Además, la entidad desde hace años, es requerida como ponente experta en prostitución, explotación sexual y/o trata. Y hoy es miembro de la EU Civil Society Platform against Trafficking in Human Beings.
APRAMP no discrimina a las personas por su etnia, nacionalidad, situación administrativa, etc. Se tiene en cuenta la especial vulnerabilidad de determinas personas, por su nacionalidad, origen, orientación e identidad sexual, incorporando de forma integral la perspectiva de género en toda su actuación. Aunque las mujeres y niñas son el colectivo más vulnerable a la trata de personas y a sufrir consecuencias negativas mayores por los tipos de abusos que soportan y por la estigmatización social a la que están sometidas.
APRAMP ha sido capaz de desarrollar una metodología propia, basada en un conocimiento profundo de la realidad y en el trabajo cercano con las personas afectadas. Esta metodología única ha hecho de APRAMP una asociación referente, capaz de detectar situaciones de explotación y trata para contribuir a devolver la libertad y dignidad a más 500 personas cada año.
Rocío y APRAMP optan por usar también términos como “personas que han sufrido explotación sexual y trata de seres humanos” o “personas afectadas por la explotación” o “supervivientes de la trata”. “Muchas han enfrentado con gran coraje su situación de explotación, arriesgando en ocasiones su vida al denunciar. Necesitan recuperarse y recuperar todo lo que les han robado, que es mucho. Aquí no las podemos tratar únicamente como a víctimas, son supervivientes de la trata”.
APRAMP adapta las propuestas de intervención social a las necesidades y preocupaciones de las víctimas. No se emprende una actuación sin haber analizado la necesidad real de las personas afectadas y qué consecuencias tendrá sobre ellas.
Se adecuan los servicios a las personas –y no al revés-, con horarios flexibles, teléfono 24 horas y unidades móviles presentes en los lugares donde puede haber personas explotadas sexualmente y/o víctimas de trata. Los servicios que se prestan se adaptan a su lengua y costumbres a través de mediadoras socio-culturales.
Así APRAMP aprendió el enorme valor de contar con mujeres provenientes del mundo de la explotación y la trata y que por tanto, pueden identificar la explotación mejor que nadie. Las mediadoras sociales son personas que han pasado previamente por la experiencia de la explotación sexual y la trata y han superado la situación a través de los programas de APRAMP. Están plenamente recuperadas y eligen libremente poder ayudar a otras personas en su misma situación como una opción profesional.
APRAMP ha desarrollado una metodología propia de acercamiento progresivo que ofrece asesoramiento y servicios útiles siempre con un enfoque integral, que permita un rescate efectivo a quienes sufren esclavitud. Un trabajo proactivo y de aproximación con personas experimentadas es el primer paso para detectar indicios de poder estar frente a posibles víctimas de trata de seres humanos.
Dada la realidad oculta e invisible a la que nos enfrentamos, éste trabajo proactivo realizado por la Unidad de Rescate es una estrategia válida y un modelo de buenas prácticas para rescatar a las mujeres y niñas, mediante el trabajo proactivo y coordinado con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Fiscalía de Extranjería.
Pero sin duda, el reconocimiento más importante para Rocío Nieto y para la asociación es la confianza depositada por cientos de personas afectadas por la trata y la explotación sexual que han recuperado la libertad y la dignidad que les fue arrebatada.
La evaluación periódica y la actitud autocrítica son una de las características del modelo de intervención de APRAMP como una organización que no deja de aprender e innovar, impulsadas por Rocío. Su propia evolución progresiva muestra la capacidad de aprendizaje e innovación constante para adaptarse a la realidad cambiante.
De este trabajo diario y a pie de calle, se ha aprendido cómo modificar la práctica para dar las respuestas adecuadas a las nuevas situaciones que se han ido presentando, aunque, eso sí, manteniendo siempre el compromiso establecido desde el inicio de prevención y reinserción de las mujeres prostituidas.
Rocío Nieto con su trabajo incansable, día a día, ha logrado transformar la realidad desde el inicio, y ha afrontado nuevos retos para dar respuesta a las necesidades de cada momento. Por tanto, su historia, su trayectoria vital y la de APRAMP está unida a los cambios que se han producido tanto en la sociedad como en el fenómeno de la prostitución porque estos cambios generales han determinados los cambios que se han ido introduciendo en la asociación, bajo su impulso, gestión y coordinación.
Y esto es inseparable de lo aprendido constantemente con la experiencia, y la búsqueda continúa de alternativas reales, en el trabajo, diario a pie de calle, junto a las mujeres y niñas explotadas sexualmente.
Imagen cedida por APRAMP