Mi historia ligada al MoMIM por Karin Jamel Gemio
Me llamo Karin Jamel Gemio, vivo en el municipio de Camiri, una de las ciudades principales del Chaco boliviano, y si me lo permiten en las próximas líneas me gustaría contarles como el MoMIM (Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo) llegó a mi vida y cómo la ha cambiado de una forma que jamás pensé. Era finales de invierno de 2006, mi padre Abraham Gemio volvía de su amado Chaco con una emoción muy especial; en casa estábamos familiarizados con sus partidas y llegadas, ya que al ser “Vinchuquero”, siempre desarrolló su trabajo en regiones lejanas a nuestro hogar. En esta oportunidad traía un brillo en los ojos, había sido testigo de cómo un grupo de mujeres se unía a la convocatoria de la “Doctorita” y me dijo “… tienes que conocer a esa mujer, es una sunchuluminaria” (adjetivo que utilizaba para las personas de ideas geniales)”.
Es así, como en su siguiente viaje a Camiri, municipio de la provincia Cordillera, en el departamento de Santa Cruz, me llevó con mucha alegría, aunque no me dijo sus verdaderas razones en ese momento, en los años posteriores entendí plenamente su propósito. Con mis 30 años ya era madre de dos hermosos niños de diez y ocho años, gracias al apoyo de mis padres había logrado regresar de la universidad como educadora, participaba activamente en la Junta de Padres del colegio, trabajaba medio tiempo en un centro de Educación Alternativa y era voluntaria en diferentes campañas de la Iglesia y grupos. Sin embargo, el prejuicio social me clasificaba como parte de una familia disfuncional, simplemente por el hecho de ser divorciada, situación que me frustraba bastante ya que parecía que el entorno social me prejuzgaba como que estaría en desventaja.
Llegué con mucho cariño a esas tierras cálidas que me habían cobijado en mis primeros años, cuando mi papá empezó a trabajar en el puesto aduanero de Boyuibe, mis primeros pasos los había dado en la plaza principal de Camiri, ahora mis primeros pasos en esta nueva etapa de mi vida también los hacía de la mano de mi padre, ya que desde ese viaje nada fue igual. Tenía muchas ganas de conocer a la Dra. Pilar Mateo la “Doctorita”, su sonrisa y ese abrazo sincero me hicieron comprender la alegría que todas las mujeres sentían al estar con ella. Pronto fui testigo de la misión por la que había llegado a mi país, erradicar el mal de Chagas, a través de la tecnología en salud que ella había inventado, visitando los barrios periurbanos de Camiri y comunidades guaraníes donde, a través de proyectos, se estaban construyendo y mejorando casas para los más olvidados, los más pobres, los que se morían del Chagas en el silencio de su pobreza.
En cada lugar recibían con mucha alegría y esperanza, al equipo de vinchuqueros liderados por la “Doctorita”, quien les hablaba de salud, de vida, de sueños por cumplir, de su amor y compromiso por mejorar la calidad de vida de sus familias. De manera muy especial se dirigía a las mujeres y les hablaba de esa fuerza que toda mujer tiene de manera innata, de que por amor a nuestros hijos somos capaces de vencer cualquier obstáculo, que debemos unirnos para lograr las metas, que debemos crear un movimiento en nuestras casas, barrios, comunidades para poner fin a la violencia y el abuso de poder del que muchas eran víctimas. Las invitaba a unirse al MoMIM, Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo, donde con mucha fuerza afirmaba que “Juntas podemos lograr todo”, donde tendrían la oportunidad de aprender algún oficio con los diferentes cursos que se daban, participar en las reuniones de mujeres cada semana con la colaboración de diferentes profesionales en el área jurídica, salud, nutrición y autoridades que estarían respondiendo a las preguntas o necesidades que ellas tuvieran.
También se estaban conformando los equipos de fútbol de mujeres en cada comunidad para que participaran en partidos organizados los fines de semana en diferentes comunidades, creando de esta manera un espacio de esparcimiento y distracción para las mujeres que, debido a su rol de madres y esposas, no contaban con ningún tipo de apoyo ni oportunidad para este tipo de actividades. Un episodio triste que me tocó presenciar fue cuando una de las jugadoras vino con el ojo hinchado para los entrenamientos, ya que su pareja no estaba de acuerdo en que participase del equipo de fútbol, ella llegó con su bebe que aún lactaba y sus cuatro hijos más, decidida a ser parte del fútbol de mujeres. Comprendí a cabalidad que la tarea de la cual nos hablaba la Dra. Pilar era urgente y titánica, ya que estábamos en un ambiente de machismo, de subordinación por parte de las mujeres a sus padres, que incluso vendían a sus hijas, prolongando la misma luego a sus esposos, de ignorancia porque muchas no habían ido a la escuela, de dependencia económica total, por tanto, una autoestima baja y de aceptación a los abusos por parte de sus parejas.
Es así como empecé a participar de todas las actividades y proyectos que la Dra. Pilar Mateo hacia posible gracias a las ayudas que conseguía y que su familia también había asumido, ya que sus hijos cambiaban sus regalos de vacaciones y navidades por llegar a Bolivia con ayuda para las familias guaraníes. Desde esos primeros años del MoMIM, hasta la fecha, la llegada de nuestra presidenta y fundadora es sinónimo de días de fiesta, las mujeres socias dicen “esos días son como nuestra Navidad, nuestro cumpleaños, verla sonreír ilumina nuestras vidas”.
En el 2010 tuve la gran oportunidad de acompañar a la Selección de Fútbol de Mujeres MoMIM a la Donosti Cup, una experiencia llena de emociones, enseñanzas y renovación en el compromiso de la lucha por la dignidad de todas las mujeres, independientemente de su origen. Tuvimos al profesor Xabier Azkargorta como nuestro entrenador de sueños, conocimos a nuestros grandes amigos de Jauja, Paco y Pelancha, pudimos abrazar a las mujeres de MoMIM Valencia y Euskadi, recibimos las atenciones y cariño de nuestra abuelita Amparo (madre de la Dra. Pilar Mateo), de Sebastián, Jessica y Eduardo. También recibimos el reconocimiento del alcalde de San Sebastián y de la Donosti Cup entre otras inolvidables muestras de cariño y respeto a lo que las Mujeres Guaranies MoMIM representábamos, simplemente son experiencias que como bien decía una de las jugadoras “son tan bellos momentos que será lo último que piense al momento de morir porque fueron hermosos”. Desde que se comenzaran a realizar los campeonatos de fútbol son cerca de un millar las mujeres que han participado activamente en alguno de los eventos organizados y que se han visto beneficiadas de una forma u otra.
Desde el año 2015 asumo la Dirección del MoMIM conjuntamente a un equipo de mujeres que de manera voluntaria imparten los cursos. Es el trabajo más hermoso que podría haber soñado. Ayudar a las personas que más lo necesitan es algo que me llena de todas las formas posibles, y espero poder seguir haciéndolo durante muchos años más.
Es muy importante resaltar que todas las personas que trabajan para el MoMIM lo hacen de forma voluntaria, y el dinero que se dispone para gestionar los proyectos y los talleres proviene de las aportaciones desinteresadas de las personas socias que ayudan con una cuota, así como también se dispone del dinero que la Dra. Mateo recibe de sus conferencias y que van íntegramente al MoMIM.
MoMIM durante la pandemia
Debido a la pandemia por el Covid19, acatando las disposiciones gubernamentales en marzo del 2020 suspendimos toda actividad en nuestra institución, ya que se decretó una cuarentena rígida en todo el país.
Sin embargo, por iniciativa de nuestra presidenta mundial Dra. Pilar Mateo, se inició una campaña en MoMIM España para recaudar fondos que nos permitían confeccionar mascarillas y llevar una dotación importante de víveres para todas las familias en 11 comunidades guaraníes (Urundaity, Guirarapo, Piedritas, Imbochi, Guazuigua Cruce, Guazuigua Alto, Pipi Santa Rita, Pipi Itiyuru, Pipi Parirenda, Itanambikua, Cañon de Segura) así como también para las familias de escasos recursos económicos en barrios periurbanos como el Barrio Panamericano, para nuestras socias fundadoras o para el Hogar de Niños. También se preparó pan para las poblaciones más vulnerables como las que están en el Hogar de Niños, Hogar de Ancianos, personas con discapacidad, privados de libertad de la carceleta, conscriptos Cuartel Avaroa, mujeres del vertedero municipal y personal de aseo urbano municipal, entre otras. También se realizaron las roscas de la esperanza en Navidad con los grupos de mujeres socias de las comunidades cercanas.
Por otro lado, se hizo un programa de radio “MoMIM en acción contra el Covid” que se emitió tres veces a la semana con una duración de una hora al día, por Radio del Chaco que transmite en Camiri y comunidades guaraníes. Para cada programa se tuvo un invitado de España, profesionales que explicaban temas relacionados con la prevención del Covid y respondían preguntas de nuestras socias y población en general.
En la actualidad vamos retomando de a poco los talleres en el Centro de Formación Técnica del MoMIM Camiri, teniendo presentes las medidas de bioseguridad en nuestras instalaciones. Las reuniones y charlas siguen suspendidas ya que aún no podemos tener aglomeración de personas.
Personalmente está siendo una etapa muy difícil para mi familia, ya que mi padre, mi confidente, mi compañero de viajes, el hombre que me enseño el amor más leal e incondicional, el 31 de enero de este año me tomo de las manos y me dijo “eres fuerte y debes seguir así, cuida a la familia” y unas horas después falleció. Sin duda la base de esa fuerza es su amor y enseñanzas, entre ellas la más importante: que tu vida esté al servicio, entrega y compromiso de trabajar por los que más necesitan. Cuánta razón tenía él, cuando me llevo al MoMIM, de su mano y de la mano de la Dra. Pilar, gracias a ello hoy puedo decir: las mujeres son mi fuerza.
Datos más relevantes para conocer de cerca el MoMIM
El MoMIM es una ONGD sin ánimo de lucro, apolítica, no confesional y con vocación humanitaria formada por un grupo de mujeres que consideran el término indígena en su aceptación más integradora y luchan por la igualdad social dentro de la diversidad cultural. El 8 de marzo de 2006 con motivo del Día de la Mujer, a raíz de una cena homenaje de mujeres a la Dra. Pilar Mateo y coincidiendo con que las Cortes Valencianas la habían premiado como Mujer del Año, nace la idea de organizar el Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo (MoMIM). En mayo de ese mismo año se constituye oficialmente la Asociación, inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones de España y posteriormente en la AECID.
Las mujeres socias del MoMIM tienen una edad comprendida entre los 17 y los 65 años (hay que tener en cuenta que en esta sociedad existen mujeres que son madres ya a los 14 y 15 años). Provienen del centro de la ciudad, de los distintos barrios y de algunas comunidades guaraníes que se encuentran alrededor de Camiri.
La vía de acceso al Movimiento es totalmente abierta y suele ser a través de la invitación de unas mujeres a otras. Esta invitación también se hace a través de programas de radio y de visitas a diferentes instituciones, barrios y unidades educativas. Para pertenecer al Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo no se pide ningún requisito. Una vez que deciden unirse se hace un registro de sus datos personales, emitiendo un carnet de “Mujer MoMIM”, el mismo que les sirve para recibir becas para los diferentes talleres y participar activamente de las actividades propuestas. La invitación al MoMIM está abierta también para el género masculino.
En las comunidades se visita a las autoridades Mburuvichas para concretar una reunión con las mujeres interesadas en la propuesta de los diferentes cursos. Una vez que se realiza la socialización se procede a llenar las listas de las participantes que tienen que ser 10 como mínimo en cada taller, se coordina el cronograma para que la capacitadora se traslade a la comunidad en las fechas convenidas. En los barrios son las socias fundadoras las que tienen la posibilidad de formar un grupo en sus domicilios y realizar la reunión con sus vecinas, posteriormente se procede al igual que en los grupos MoMIM de Comunidades.
Para cumplir los objetivos y fines fundamentales del MoMIM durante la ejecución de los talleres se realizan charlas informativas con profesionales invitados en las áreas de salud, jurídica, psicología, nutrición, medio ambiente, etc, según las necesidades de los grupos de mujeres. También se participa activamente en actividades convocadas por otras instituciones públicas o privadas, en favor de las mujeres, como son las ferias productivas, marchas sociales y talleres formativos con diferentes temáticas de actualidad.
Según la información que se tiene registrada en la base de datos del MoMIM, un total de 1.200 mujeres participan al año en alguno de los talleres de Formación Técnica que se oferta tanto en MoMIM Camiri como en grupos MoMIM de barrios y comunidades guaraníes.
La duración de estos talleres suele ser de tres meses y existe una gran variedad de oficios que se pueden aprender: peluquería, repostería, gastronomía, panadería, electricidad, corte y confección, computación y chocolatería. Son muchas las mujeres que después de haber realizado alguno de los cursos han podido independizarse económicamente, como es el caso de Irma Soliz Escobar que abrió su propio negocio de repostería, Repostería Sabore, donde realiza tartas y dulces por encargo.
Imagen cedida por MoMIM (Movimiento de Mujeres Indígenas del Mundo)
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