ADECES SOLICITA LA DIMISIÓN DE LA CÚPULA DEL MINISTERIO DE VIVIENDA

ADECES (Asociación Pro Derechos Civiles Económicos y Sociales) solicita la dimisión de la cúpula del Ministerio de Vivienda en el caso de llevarse a efecto la intención de este departamento de aplazar la entrada en vigor de la normativa acústica del CTE hasta enero de 2010, es decir, 14 meses más de lo que estaba previsto. Retraso que se acumularía a la demora de 20 meses con la que se aprobó la parte acústica sobre el resto del CTE. En total, las actuaciones pasadas y pretensiones futuras del Ministerio representan una dilación en la entrada en vigor de la parte acústica de más de dos años y medio sobre las otras partes del Código.

Razones para una dimisión

En esencia, el Ministerio de Vivienda justifica en el borrador del Real Decreto sus intenciones con dos pretextos: las herramientas de cálculo y las soluciones que contempla el Catálogo de Elementos Constructivos, en su versión actual, no aseguran a día de hoy el cumplimiento riguroso del DB-HR del CTE, ni estarán en condiciones de hacerlo en un plazo no inferior a un año y, por otra parte, se apoya en la especial coyuntura que atraviesa el sector de la promoción de viviendas, que aconseja no aumentar los costes de la construcción de estas viviendas ni la complejidad técnica en la redacción de los proyectos y en su supervisión.

Según ADECES, ninguna de estas razones resulta creíble a los ojos de los ciudadanos, de ahí que la asociación solicite la dimisión de toda la cúpula del ministerio de Vivienda, de llevarse a efecto este aplazamiento por las siguientes razones:

a.- El Ministerio de Vivienda sitúa a los promotores por delante de los ciudadanos

Las viviendas las pagan los ciudadanos, pero a juzgar por los argumentos del Ministerio, la calidad acústica de sus viviendas deberá esperar. Unos 13 millones de españoles manifiestan que el principal problema de su vivienda es el ruido.
El ministerio envía un mensaje inequívoco: las próximas viviendas que se construyan carecerán de calidad acústica y sus habitantes padecerán este problema, a diferencia de sus vecinos europeos que desde hace muchos años emplean soluciones constructivas y realizan proyectos que les permiten satisfacer unas exigencias acústicas más severas que las españolas. Capacidad de proyección técnica y soluciones cuya existencia fue negada públicamente para el mercado español por los promotores de Madrid, ASPRIMA, asociación que recientemente se ha reunido con la Ministra de Vivienda.

b.- La incapacidad política del equipo directivo del Ministerio

Desde la aprobación del CTE acústico, dos ministras del mismo gobierno han avalado durante un año el documento de soluciones y las herramientas de cálculo a las que ahora se tacha de deficientes. En este tiempo la aplicación de estas herramientas ha coexistido con la vieja norma (NBE-CA 88), según establece el RD 1371/2007, así que por tanto ha podido ser ya empleada.

No es de recibo que a pocos días de la entrada en vigor del CTE acústico (24-10-2008) como única norma, la cúpula directiva del Ministerio “descubra” las deficiencias de su catálogo de soluciones y sus herramientas informáticas, cuyo coste para el bolsillo de los contribuyentes debería aclararse cuanto antes.
Ha tenido que ser titular de vivienda una ministra de Madrid, cuyo índice de hogares que se quejan del ruido supera el 30% (cuatro puntos más que la media nacional) para deshacer lo hecho.

Por otro lado, en ningún país europeo, con calidades acústicas en sus edificios mejores que las que aporte el CTE, las administraciones han tenido que elaborar guías de soluciones y herramientas informáticas de cálculo, tareas que les ha correspondido a otros agentes.

c.- El incorrecto análisis de la crisis de la construcción

Para ADECES, lo peor del argumento sobre los costes y la calidad acústica es que pone de manifiesto que la Ministra y el equipo del ministerio no saben o no quieren saber los orígenes de esta crisis en el sector de la construcción, que no son otros que la falta de confianza, el incremento de tipos, la evolución de la economía, la existencia de un sector acostumbrado a crecer desmesuradamente, al que se pretende contentar dándole lo que desde hace meses ha pedido y la existencia de un parque de viviendas nuevas y de segunda mano que no encuentran comprador en la actual coyuntura.

ADECES recuerda que las cifras oficiales han venido estimando que la repercusión de las exigencias acústicas del CTE en los costes de construcción oscilaría entre 0,33% y un 2,5% según las fuentes, es decir, en torno a 900 euros para un piso de 100 metros cuadrados. Cosa diferente es el margen de beneficio que los promotores quieren obtener por la implementación de estas mejoras, que cifraron en un 20% en épocas todavía boyantes y que la realidad posterior se encargó de aquilatar.

Según ADECES, si se acepta el argumento del Ministerio de Vivienda, habría que concluir que todo aquello que encarezca los costes de construcción debe ser aplazado. Por la misma razón el Ministerio debería establecer una moratoria en la aplicación de todas aquellas normas que incrementan la calidad de los edificios en cualquier otro parámetro.

El Ministerio tampoco toma en consideración que aunque haya ligeros incrementos de costes en ciertas partidas hay importantes reducciones de los mismos en otras, por ejemplo, en la mano de obra por el incremento del desempleo.

Finalmente, para ADECES resulta lamentable que mientras la Asociación ha solicitado normas térmicas y acústicas más exigentes, la actitud ministerial sea intentar generar un frenazo en el desarrollo de la calidad en la edificación y en la ordenación del sector.

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