ADECES CALIFICA EL CTE UNA OPORTUNIDAD PÉRDIDA Y UNA EXCUSA PARA ENCARECER LA VIVIENDA

Desde la aprobación del Código Técnico de la Edificación (CTE) el pasado 17 de marzo, se han multiplicado los parabienes públicos a esta norma por sus aportaciones a la eficiencia energética y a la seguridad de los edificios.

Sin embargo, Adeces, ante la comparecencia de la Ministra de Vivienda en el Congreso, considera que después de cuatro años de espera, la insuficiencia de las exigencias térmicas, la ausencia de reglamentación acústica en un país en el que el 30,5% declara problemas con el ruido (12 millones de ciudadanos) y la falta de límites en la emisión de humos que producen los materiales al arder; hacen que el CTE sea una oportunidad pérdida, con el consiguiente derroche de recursos materiales y humanos invertidos en su elaboración y una excusa para el encarecimiento artificial de las futuras viviendas.

Según ADECES, el Código, en su apartado térmico es insuficiente porque:

  1. Sus cálculos desprecian el consumo de aire acondicionado, cuando estadísticamente representa el 7%, con un claro potencial de crecimiento.
  2. Las hipótesis de partida para la elaboración de cálculos (orientación, superficie, número de ventanas, etc.) no han sido sometidas a debate, siendo en general desconocidas.
  3. La reducción del consumo energético promedio que las estimaciones oficiales atribuyen al CTE es del 28%, muy por encima de los resultados obtenidos por Ecofys (16%) a partir estudio “E 4” del Mº de Economía”, con idénticos modelos de edificios y en dos zonas climáticas representativas del 97% de la edificación.
  4. Las pérdidas energéticas admitidas para los edificios del centro-sur y de la cuenca mediterránea son superiores a 0,70 unidades e incluso se aproximen a 1, es decir, se promueve un comportamiento térmico semejante a construcción de la edad media. Este coeficiente térmico es el que permite que una simple fachada de ladrillo u hormigón, cumpla los criterios de aislamiento del CTE.
  5.  Por último, es preciso señalar que el CTE, no es una respuesta suficiente al incremento del precio de la energía, a la necesidad de reducir las emisiones de CO2 según Kioto o a la necesidad de procurar la eficiencia energética para poder competir con los países de nuestro entorno.

El CTE, con los bajos niveles de exigencia térmica que impone, sólo servirá para que con la futura Calificación Energética de los Edificios proliferen en la edificación las calificaciones A, B y C, que requieren mejorar el valor de referencia de la norma entre un 60% y un 75%; con el consiguiente sobre coste por ofrecer una muy fácil mejora de la calidad térmica.

Para finalizar el Código, en su apartado de seguridad contra incendios es insuficiente porque omite establecer límites a los humos que producen los materiales al arder, uno de los criterios introducidos por las Euroclases para mejorar la protección de las personas y bienes, junto con la combustibilidad y la producción de gotas. Esta omisión denunciada en su día por ADECES ante la administración es una reiteración inexcusable teniendo en cuenta que los humos son la principal causa de muerte en los incendios.

 

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