La Asociación Pro Derechos Civiles, Económicos y Sociales (ADECES) apoya sin reserva la huelga en los servicios de asistencia primaria convocada para el próximo día 10 de abril y pide a los ciudadanos que la respalden en apoyo del correcto funcionamiento de la sanidad pública porque, según la asociación, no es posible aplazar indefinidamente las inversiones necesarias en asistencia primaria, ya que cada retraso en este capítulo hace más inviable la convergencia con Europa y la cohesión del sistema sanitario público en España.
Por otra parte, ADECES solicita a los profesionales que no adopten medidas de presión adicionales y complementarias, fuera de la asistencia primaria, que saturen y deterioren aún más los servicios de urgencias.
ADECES no comparte en absoluto los argumentos contrarios a la huelga según los que se lesionan los derechos de los pacientes y perturban su atención. Este argumento llevado al extremo impediría el ejercicio del derecho de huelga, ya que en última instancia, toda huelga perjudica indirectamente a pacientes, clientes o ciudadanos. Pero en este caso, según ADECES, los ciudadanos aunque sufran las consecuencias de la huelga deberían manifestar su respaldo y comprensión hacía esta iniciativa porque así tratan de garantizar una asistencia primaria pública de calidad para el futuro inmediato, algo que de seguir así las cosas está en serio riesgo.
Según la OCDE, en España el gasto sanitario público descendió entre 1990 y 2004 un 7,8% respecto al gasto sanitario total, situándose éste en 2005 en 1.535 euros per cápita, frente a los 2.462 de la Europa de los quince; sólo por delante de Portugal (1.348). En términos de PIB este gasto sanitario total representa el 7,7% frente al 9% de la media de la UE.
Esta realidad se ceba fundamentalmente en el gasto ambulatorio público o de asistencia primaria que se sitúa 25 puntos por debajo del promedio europeo (68%). Actualmente el gasto público en asistencia primaria representa el 15% del presupuesto del Estado destinado a sanidad.
Las consecuencias de este déficit presupuestario, según ADECES, son evidentes y de todos conocidas: plantillas escasas, saturación de los centros de atención primaria públicos, reducción del tiempo de atención al paciente y como consecuencia de todo ello pérdida de calidad en la atención primaria que, a su vez provoca, huída hacía los sistemas de atención privados y desplazamientos hacía las urgencias con su consiguiente saturación. El resultado final es un reinicio constante de este círculo vicioso que conlleva la descapitalización de la sanidad pública, su progresivo deterioro y el desequilibrio de todo el sistema sanitario.
Por último, ADECES, hace un llamamiento a las administraciones públicas a iniciar un proceso de negociación que haga de la sanidad pública un sistema más cohesionado en la que la atención primaria no sea el “pariente pobre” dada su importancia para el correcto funcionamiento y para la contención del gasto en otros aspectos.